Un pez puede ser un objeto muy difícil de escanear, ya que su geometría corporal cambia cuando se le da la vuelta para escanear el otro lado, a menos que esté congelado (y en este caso no lo estaba). La solución era simple: colgarlo de un hilo y dejarlo girar por sí solo, para que no hiciera falta mover el escaner; el pez hizo todo el trabajo. El escaneo duró poco menos de 20 segundos. Las escamas de un pez pueden ser a menudo un problema incluso para los escáneres 3D profesionales, debido a su naturaleza reflectante y a veces iridiscente. Pero Eva capturó la piel de este pez con gran éxito. Solo tardó 2 minutos incluyendo todo el escaneo y el posprocesado.